sábado, 28 de enero de 2012

Profilaxis contra el VIH

Existe una profilaxis, una prevención para evitar contraer el VIH. Hablamos de tratamientos que pueden ser administrados, exclusivamente por médicos autorizados, a quienes han estado expuestos al virus para tratar de que no lo contraigan.

Es por la mayoría sabido que la única manera de prevenir contraer una infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, es con el uso del condón. No sirve “sacarlo antes de eyacular” ni aplica el “sólo la puntita”. No es verdad que únicamente se transmite por prácticas sexuales entre hombres, sino que las mujeres también pueden portarlo. Tampoco que, al no ser ya considerada una enfermedad mortal, no pasa nada si se contrae. Repito: sólo usando preservativo se puede evitar ser víctimas del virus.
Sin embargo, hay algunos casos en que está fuera de nuestro control evitar una infección. Por ejemplo, tras una violación; porque se rompió el preservativo y la pareja tiene VIH; por tener sexo oral con eyaculación (desconociendo que de esta manera se puede transmitir el virus), por compartir jeringas o, en el caso de los médicos, porque se cortaron o pincharon con material empleado en algún paciente seropositivo.
Para estas ocasiones —creo que es importante saberlo— existe una profilaxis, es decir, una prevención para evitar contraer el virus. En este caso hablamos de tratamientos que pueden ser administrados, exclusivamente por médicos autorizados, a quienes han estado expuestos al VIH, para tratar de que no lo contraigan.
Esta defensa se comenzó a utilizar en 1996 con la exposición ocupacional al VIH, esto es, del personal médico que, por accidente, entraba en contacto con el virus, generalmente por un pinchazo inesperado, y podía contraerlo. La terapia post-exposición redujo el grado de infección del personal médico en 79 por ciento. Debido a estos resultados, desde hace tiempo se aplica la profilaxis no ocupacional, es decir, dirigida al público en general que se ha expuesto al VIH en prácticas sexuales de alto riesgo.
Es muy importante que se entienda que esta posibilidad no sustituye el uso del condón ni es una pastilla de emergencia que puede comprarse en cualquier farmacia y usarse como si fueran pastillitas para el mal aliento. Se emplea en situaciones excepcionales.
Los fármacos que se usan son tres antirretrovirales (como los que toman las personas infectadas por el VIH) en dos posibles combinaciones. Cuáles se deben utilizar en cada paciente es algo que tiene que valorar el médico. Estos medicamentos deben tomarse durante treinta días sin excepción, algunos con el estómago vacío y siguiendo estrictamente las indicaciones relacionadas con horarios y alimentación. Producen efectos secundarios que pueden ser muy molestos y frecuentes, como náuseas, vómitos y fatiga.
La profilaxis post-exposición sólo se debe emplear en casos de alto riesgo de infección, nunca en los de bajo riesgo. O sea que no se debe suministrar a nadie que argumente haber tenido una relación sin protección y no saber si su compañero o compañero de cama es portador del VIH. Tampoco si se realizó sexo oral sin eyaculación, “pero se quiere prevenir por si las moscas”. Insisto, se emplea en casos de riesgo comprobable y es necesario saber con certeza si una de las personas que han participado en la relación sexual es seropositiva e, incluso, cuál es su carga viral.
La toma de los medicamentos debe iniciarse desde los primeros minutos posteriores a la exposición y hasta 72 horas después. Pasado este tiempo, ya no está indicada. Si se produce la exposición al virus, puede acudirse a un centro médico de urgencias o hablar a TelSida (52 07 40 77 y desde el interior al 01 800 7 12 08 86), donde dirán si el tratamiento es recomendable y derivarán al paciente a un centro de salud donde dispongan de los medicamentos necesarios.
Sobre todo en caso de sufrir una violación (aquí se tendría que brindar, aunque no se sepa si el atacante es seropositivo), cuando una mujer embarazada que se sabe seropositiva quiere evitar que su hijo o hija contraiga el virus al nacer o si un miembro de la pareja ha sido diagnosticada con VIH y el otro (u otra) no, pero se rompió el preservativo, es necesario que se informe al paciente de esta valiosa opción.
No hay nada que sustituya el sexo seguro con condón; sin embargo, siempre es bueno saber que existen opciones médicas que en una emergencia nos pueden ayudar.

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El Buzón de Verótika
¿Qué es el Koka Shastra? Hace algunas semanas comentaron al respecto en un programa de televisión, pero como le cambié de canal cuando el programa ya había empezado, no alcancé a entender si era una postura o un libro tipo el Kamasutra.
Julián D.
Querido Julián:
En esta columna hemos ya hablado sobre tres libros de la literatura hindú que se relacionan con los temas sexuales. El Kamasutra, que se define como el “hilo” (el “hilo conductor”, diría yo, a la sabiduría del sexo sagrado); el Kama-Gita, que es el canto; el Ananga Ranga, que brinda las técnicas, y uno más del que no recuerdo haber escrito: el Koka Shastra o “manual”.

Escrito en el siglo XII por el poeta y trovador Kokkoka, es menos conocido que el Kamasutra, pero también ofrece grandes enseñanzas relacionadas con las posibilidades eróticas que tiene el ser humano. De él se han hecho diversas traducciones y adaptaciones, siendo posible encontrar algunas más “modernas”.
Este libro apareció seis siglos después que el Kamasutra y le da a la sexualidad o, más bien, a la experiencia erótica, una dimensión simbólica y religiosa, teniendo como base el tantrismo, que se fundamenta en métodos prácticos, técnicas, ritos que nos permiten vincular lo físico y lo espiritual. En él, el cuerpo es la base, el instrumento de toda realización.
El mensaje del tantra es que a mayor aceptación del sexo, mayor libertad frente a él. La aceptación total y la entrega a las energías naturales encaminan hacia las más sublimes experiencias.
Como te comentaba párrafos arriba, al Koka Shastra se le conoce como “el manual” porque propone distintas posturas y habla de los diferentes tipos de mujeres y sus momentos de mayor goce sexual; también de sus características sexuales dependiendo de la edad y sus cualidades.
De acuerdo a éste, ellas se pueden dividir en cuatro clases: la padminí o mujer loto, la mejor amante de todas: su agua de la vida es perfumada como el lirio que acaba de abrirse; la chitriní o mujer arte, quien es excelente amante, pero sólo por las noches; la shankiní o mujer concha, cuya divina abertura está siempre entreabierta debajo de una abundante mata de vello, y la hastiní o mujer elefanta, difícil de saciar: es glotona, desvergonzada e irascible con aquellos que no la satisfacen sexualmente.
En el Koka Shastra, se menciona que la vagina es el altar; el vello púbico es el pasto de sacrificio con el cual se enciende el fuego; los labios son el fuego del sacrificio. “Aquel que conoce este secreto comparte el gran mundo del Creador. Pero, aquel que practica el sexo sin saberlo pierde su semen y mérito ante la mujer”. Consideran que cuando se derrama aunque sea una diminuta parte del semen, pierde parte de su vitalidad. La mujer tiene su equivalente durante la excitación sexual, pero es reabsorbido.

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